viernes, 25 de junio de 2010

UN NUEVO AMANECER




Crecer exige de mucho esfuerzo personal y de valentía a la hora de afrontar situaciones cuando menos comprometidas de las que no podemos desembarazarnos... ¿y si yo os dijera que son precisamente esas situaciones incómodas, que nos toman la medida como personas y que definen exactamente nuestra capacidad de reacción contra la vida las que nos enseñan verdaderamente su valor?

Existen momentos en nuestras vidas en los que debemos tomar una decisión que definirá una nueva línea de vida a seguir, un nuevo planteamiento, un nuevo camino, abandonando todo lo anterior.

Una vez bien meditada y tomada la decisión, debemos hacerla nuestra y para ello debemos avanzar a pesar de la sensación de vacío que tengamos, debemos saltar sin dudar hacia adelante para conquistar la experiencia, ya que será finalmente esta la que nos hará crecer, pues nos hará avanzar y asumir como nuestros los errores y los aciertos que cometamos, independientemente del balance que obtengamos de cada uno de ellos, ya que lo único que contará de cara a nuestra evolución y crecimiento personal es la suma total de ambos, esta será la que nos irá completando como personas y como seres enteros.

Por eso, debemos avanzar ciegos de corazón, negando nuestros sentidos e impulsos, para lanzarnos hacia adelante siguiendo nuestra verdadera intención que es la que nos mueve desde lo mas profundo de nuestro ser, desde el punto en que nuestro espíritu alberga nuestros deseos mas arraigados y profundos, para que sean estos y no otros los que nos cobijen cuando nos golpee la vida porque nos harán resistir pese a todo hasta conseguir nuestra consagración como ser-intención, punto en el cual nada nos podrá detener.

Entonces solo nos restará esperar a la llegada de un nuevo amanecer que nos muestre la calidez de los colores de un mundo lleno de oportunidades.