Ahí es donde entra en juego nuestra fe y confianza en nuestras capacidades como ser divino que somos ya que si no damos este paso de este modo la parte abandonada nos acosará como un fantasma del pasado volviéndose contra nosotros de forma que ya no seremos NI PRINCIPIO NI FIN DE LO QUE SIEMPRE HEMOS PRETENDIDO, SINO UNA PÁLIDA CARICATURA DE LO QUE VERDADERAMENTE SOMOS Y QUE NO MOSTRAMOS NI SIQUIERA A NOSOTROS MISMOS.
SIENDO VERDADEROS NO EXISTEN MIEDOS NI CAMBIOS SOLO UN PROCESO CONTINUO EN EL QUE DE FORMA NATURAL TRANSCURRIMOS COMO EL CAUCE DE UN RÍO QUE ES NUESTRA VIDA, EN LA QUE SE NOS REVELAN DIFERENTES SENDEROS CONDUCIDOS POR CORRIENTES QUE SE NOS MOSTRARÁN FAVORABLES O CONTRARIAS PERO QUE NOS CONDUCIRÁN INEXORABLEMENTE A LA DESEMBOCADURA Y REENCUENTRO CON NUESTRA VERDADERA NATURALEZA EN LA VIDA.