La estancia del ser en la luz durante los meses en que transcurre la gestación y su acoplamiento a su soporte físico, pasa por el encuentro previo del propio ser en la luz y de la fuente, para que entre los dos tracen el que será un punto de partida en el desarrollo de la vida física de este nuevo ser.
En este periodo de maduración en el que el ser en la luz tendrá conocimiento del que será su futuro entorno parental, su existencia será dual y totalmente abierta entre los dos mundos, ya que en la existencia en la luz, este continuará DIBUJANDO LOS CONDICIONAMIENTOS QUE ESCOGERÁ LIBREMENTE Y QUE SERÁN, PROPIOS DEL NUEVO SER QUE SE ENTREGARÁ DE ESTE MODO A LA CAUSA DEL DIOS EXPLORADOR, para crear en su propia existencia a partir de sus propias decisiones y del grado de expansión a partir del cual creará un nuevo recorrido en la creación.
De este modo, una vez ambos procesos de maduración estén concluidos, se producirá el alunizaje, es decir, la entrada total del ser en la luz en su nuevo cuerpo, que le servirá como soporte físico e instrumento de exploración.
Al mismo tiempo, se producirá una desconexión parcial del ser en la luz con su propia naturaleza divina, para que esta le permita partir a su nueva existencia como un lienzo en blanco y de este modo absorber todo aquello que este a su alcance, sin renunciar en ningún momento a su verdadera identidad, naturaleza y a los condicionamientos previos que el mismo a escogido conquistar.
Por tanto TODAS LAS EXISTENCIAS SON RICAS EN SI MISMAS, TODAS SON APROVECHADAS PUES TODAS HAN PERMITIDO UNA SENCILLA COSA EN SI MISMAS...CREAR CON SOLO EXISTIR.
