jueves, 17 de junio de 2010

ESPACIOS EN CALMA


Agitados, convulsos, opresivos, llenos de incertidumbre se nos ofrecen los tiempos que nos ha tocado vivir.

A través de ellos debemos tratar de alcanzar aquellos espacios en los que permanecemos en una calma absoluta, contenidos en los momentos mas inverosímiles como por ejemplo en una sonora carcajada en la que estallamos en miles de brillos para desaparecer tras la alegría que reflejamos, o en las lágrimas que desbordan por nuestras mejillas para detallarnos en su sinuoso cosquilleo por nuestra piel, que somos seres vibrantes cuyo contenido esta lleno de una luz y de una vida que se inflama al contacto con la verdadera energía que le rodea y que conforma su propia naturaleza, una naturaleza alejada de la del ser humano y en contacto a flor de piel con el todo que nos rodea y nos acaricia con  el calor  de su hálito divino.

Por todo ello debemos refrescarnos en esos espacios en calma, inbuirnos por completo en ellos dejándonos ir,  ya que son ellos los que nos susurran desde nuestro interior que en esos instantes de relajación absoluta, tomamos completa posesión de todas nuestras capacidades y por consiguiente control absoluto sobre nosostros mismos.

Estos son en definitiva, un raro y exquisito manjar que cuando se saborean permanecen en nuestro interior hasta un próximo encuentro con una nueva toma del mismo, hasta un nuevo encuentro con nuestro yo interior.