Benditos aquellos y aquellas que poseen la capacidad de ver a través del gesto sencillo, de percibir a través de lo intrascendente o de lo meramente aparente, pues poseen la virtud de observar y anticipar sin interferir.
Benditos aquellos y aquellas que son capaces de intuir y orientar a todos aquellos que les rodean, pues engrandecen y enriquecen sus destinos y existencias salpicándolos de muchas otras, haciéndolos ricos e increíblemente diversos.
bendita su posición en sus correspondientes existencias, pues están exactamente donde han escogido y desarrollando las mismas de acuerdo a lo que han deseado.
Ellos y ellas son el punto de encuentro de muchos otros que acuden ante los brillantes faros que se les muestran, siguiendo su cálida luz.