miércoles, 7 de abril de 2010

TIEMPOS DE CAMBIO

Así como la propia naturaleza nos enseña con su ciclo de vida reflejado en el paso de las estaciones, el ser humano también precisa de cambios evolutivos que le permitan acomodar su sentido emocional y espiritual a su soporte físico y mental.

Para ello todos nosotros debemos al igual que el árbol solitario enfocarnos hacia el sol, para tratar de absorber el máximo de energía vital posible y al igual que el aceptar la inminente llegada del ocaso que hará cambiar las tornas de la lógica y lo que antes era día ahora se tornará noche, pero no por ello se terminará la vida para el  ya que la luz que ha absorbido durante todo el día le permitirá a su vez superar la frialdad y la desolación de la noche poblada por aquellos seres que no han visto ni sentido la luz como el, pues se orientan en otro modo y de acuerdo con otra naturaleza.

Por ello el ser humano debe orientarse a la luz de vida proveniente del infinito manantial que el Todo nos otorga, para llenar de nosotros su esencia y así poder afrontar con la armonía, equilibrio y sentido de la paz necesarios, los tiempos que están viniendo y los que están por venir.

Tiempos en los que se  extiende y extenderá sin freno la desintegración de la hermandad y el aislamiento sistemático de los seres humanos, así como la monstruosa promoción de la violencia gratuita que se nos sirve como aperitivo en nuestro día a día, elementos que sirven de caldo de cultivo para que proliferen iconos  enaltecidos que claman a las masas para interponerse y proyectar la sombra de su inmenso ego entre cada uno de nosotros y EL SER VERDADERO , EL DIOS ETERNO CUYA LUZ NOS OTORGARÍA LA VIDA PURA Y LA LUZ a través de la cual obtendríamos una clarividencia absoluta de lo que nos rodea y así de este modo saber valorar, apreciar y distinguir lo que debemos traer hacia nosotros o ignorar y dejar pasar.

EL SABE...y todo aquel que en su fuero interno desee estar junto a EL lo hará, pues a nadie se le privará de obtener lo que es suyo por derecho divino, pero seremos cada uno de nosotros los que deberemos extender la mano para reclamarlo, pues por encima de todo se respetará el principio fundamental del libre albedrío, en el que se forja el Amor verdadero hermanado con la libertad absoluta.

Siendo esto así, todas las puertas serán abiertas para que cada uno de nosotros aportemos nuestro germen de luz y así de este modo poder cambiar la dinámica del ser humano y obtener nuestra recompensa divina en la luz...nuestro reencuentro en nuestra verdadera naturaleza del SER EN DIOS.