Sentirse bien con uno mismo, es congraciarse con la imperfección de la que nos consta estamos hechos y que nos marca la pauta sagrada de realizar el camino de la vida, para que este nos otorgue la máxima perfección posible que podamos alcanzar, LA QUE NOS HARÁ RETORNAR A NUESTRA VERDADERA NATURALEZA DEL SER EN DIOS.
Por tanto tomemos todas nuestras imperfecciones, manías, fobias, miedos, ansiedades, problemas etc. como aristas a pulir de un gigantesco brillante que oculta una luz increíble, pura y escintilante que esta deseando ser descubierta por nosotros para colmarnos con su energía y alcanzar a todo aquello que la rodea.