No cabe duda de que actualmente muchos de nosotros somos un pálido reflejo de nuestro yo racional, prisionero de emociones y sentimientos que lo condicionan a un tiempo, a un entorno y a una forma de actuar, razonar y sentir.
Mas también cada vez son mas los que al contrario de esos otros, respiran y son sensibles al haber divino que se les ha entregado para desarrollarse y expandirse hasta encontrar completamente natural esta nueva atmósfera cargada de luz y de amor, siendo este último el mas sublime de los elementos al que reconocen como algo muy suyo.
Cada vez son mas los que SIENTEN A PARTIR DEL SER DIVINO que habita en su interior, ya no son una rareza, una mera coincidencia o una expectativa, sino que son una realidad verdadera que conforma la marea natural del todo hacedor que arrastra los convencionalismos, que los acumula a todos ellos y los empuja irremisiblemente hacia la orilla del mundo terreno para que sea esta marea viva de la nueva consciencia la que haga sucumbir a la masa racional que aunque todavía viva es cada vez mas consciente de que subyace por debajo del ser verdadero.
HA SIDO LLEGADO NUESTRO TIEMPO PARA QUE SIENDO MUCHOS SEAMOS SOLO UNO Y QUE COMO UNO EN LA FUSIÓN DE TODOS HAGAMOS MUCHO HACIA LO VERDADERO, trabajando con la marea de luz a nuestro favor, sin derrota ni rumbo aparente partiendo incontenible hacia tierra adentro, al encuentro de un nuevo destino que provocará el cambio global en la consciencia universal, ya que el mundo convencional es el que cada vez mas se muestra como una rara ave esquiva que oculta un deseo anhelante por afrontar cuanto antes el vuelo del cambio.