miércoles, 14 de julio de 2010

EL SEXO Y SU SEXUALIDAD


El Sexo es un carácter definitorio que va a añadir una carga física y emocional a  nuestra configuración  divina, encuadrada dentro de nuestro desarrollo como los seres humanos, animales y gregarios que somos.

Este carácter nos ha complementado desde el momento mismo de nuestra concepción, en el que nuestro desarrollo morfológico nos ha diferenciado   como  hombres y mujeres.

A partir del momento de nuestro nacimiento, nuestro sexo dibujará una sexualidad propia que podrá ser correspondida o no con nuestro carácter y personalidad y que definirá aspectos como nuestro modo de vestir, hablar, moverse y actuar, encuadrándonos en campos diferenciados y aparentemente complementarios entre si,  que nos acompañarán a lo largo de todas las etapas de nuestra vida.

Ambos son aspectos de un mismo campo, relación, creación y dualidad espontánea, cuyo desarrollo propio será a partir del sexo que se nos ha otorgado, definirá nuestras relaciones, así como nuestra orientación de cara a los que nos rodean, o incluso, a partir del propio enfoque que el ser humano que no este a gusto con su sexo haga del mismo, para cambiarlo hasta encontrarse en armonía con su naturaleza física y el desarrollo que a partir de esta pueda hacer de su sexualidad y de su expresión de la misma, sirviéndose para ello de su sexo como aspecto mas visible de su intención.

Por tanto no debemos confundir sexo con sexualidad ya que son términos completamente distintos y sin embargo complementarios, la sexualidad en el ser humano tiene su particular interpretación del tipo de sexo que le corresponde, es decir, la sexualidad es la apertura del ser humano hacia la expresión íntima de sus apetencias en sus relaciones con otros seres que se pueden corresponder con el sexo contrario, con su mismo sexo o incluso con ambos sexos, todas estas opciones se darán de acuerdo a la libre elección que cada uno haga de su sexualidad  y  a su expresión y apetencias íntimas expresadas a través de su sexo.

Del mismo modo el sexo se puede vivir desde diferentes aspectos, a partir del deseo de la concepción y de la natalidad, entendiendo esta como una expresión de la realización del amor entre dos seres, desde un aspecto meramente lúdico en el que los participantes se expresan a partir de sus meras apetencias físicas llevadas al extremo o no, o entenderlo y practicarlo como la expresión física y viva de nuestro carácter divino, expresándolo de este modo a través del contacto en la íntima comunión de nuestro propio ser con el de nuestra pareja, haciendo palidecer la expresión de nuestros sentidos en favor de la  conjunción de energías desarrolladas en la realización del propio acto sexual y en su culminación, momento en el cual, ambos participantes pueden llegar a experimentar una sensación de completo vacío en la cual por unos instantes ser solo energía y esencia, perdiendo total conciencia de su humanidad.


TODO ELLO ES VÁLIDO, SOLO DEBE HACERSE REFERENCIA A LO QUE ES Y A LO QUE CADA UNO DE NOSOTROS DESEA EXPRESAR, RECORRIENDO PARA ELLO EL CAMINO DE LOS SENTIDOS O EL CAMINO DEL ESPÍRITU, A PARTIR DE LO QUE VERDADERAMENTE SOMOS ENTENDIENDO ESTO COMO UNA EXTENSIÓN DE NOSOTROS MISMOS EN EL MUNDO FÍSICO.