Contemplando la vida que se nos muestra orgullosa, voluptuosa y hasta exhibicionista a través de un ser recién nacido, en sus movimientos, en sus reacciones y en su capacidad de absorción de todo lo que reciben, experimentando y entendiendo cada experiencia como algo completamente nuevo, hace que nos contagiemos nosotros mismos de la vida que absorben con ansia, mostrándonos entonces como verdaderos observadores desde la intención creada a partir del amor que emiten en cada gesto y que recibimos maravillados.
Con todo ello aprendemos a descubrirnos a nosotros mismos como verdaderos dioses de la creación, expresando nuestro amor a través del lenguaje contenido en una nueva vida, una vida que se muestra completamente desnuda ante nosotros, a través de la que exploramos nuevas experiencias, emociones y sentimientos y al mismo tiempo, revisamos de nuevo todos los aspectos que ya habíamos vivido con normalidad y que ahora recuperan todo el brillo que verdaderamente poseen, aportándonos auténtica sabiduría que absorbemos a través de nosotros mismos y de la experiencia en la vida de estos pequeños seres que inician su recorrido en la misma con toda su intención, y QUE AHORA SE MUESTRAN ANTE NUESTROS OJOS COMO PEQUEÑOS UNIVERSOS DESCONOCIDOS A PARTIR DE LOS CUALES PODEMOS DESCUBRIR Y AMPLIAR NUESTROS HORIZONTES EN EL AMOR.