Con el paso de los años a muchos de nosotros nos atrapa la necesidad de anclarnos a una u otra etapa de nuestras vidas estancándonos en ellas, sin tener en cuenta que la pervivencia continuada en el pasado nos priva del inmenso privilegio de vivir el presente y nos aleja de la continuidad natural y divina que debe tener toda experiencia vital en sus diferentes etapas.
Por todo ello os digo que muchos de vosotros podéis percibir la emoción de soledad y abandono que transmite esta imagen, pues bien, yo os digo que esta emoción es efímera y que la perspectiva de la misma cambia en función de nuestro propio enfoque, ya que también puede reflejar la energía y determinación que ha tenido la persona que se encontraba allí sentada, inmóvil y hasta inerte, por liberarse del anclaje físico que lo mantenía estático ante el paso del tiempo, de su tiempo, para obtener la determinación suficiente como para abrazar por completo a la vida, enriqueciéndose de las múltiples sensaciones, emociones y sentimientos que esta le ofrece en todo momento, independientemente de su edad, condición humana, física, religiosa, mental o energética y espiritual.
EN VERDAD OS DIGO QUE A NADIE SE LE NEGARÁ LA VIDA EN LA FORMA EN LA QUE LA ESCOJA, SENCILLAMENTE ES UN PRINCIPIO ÚNICO QUE A PARTIR DE QUE EL SER TOMA POSESIÓN DE SU VIDA, EN DONDE COMO A LAS FLORES SILVESTRES, A ESTE SE LE ABREN MÚLTIPLES OPCIONES PARA ESCOGER CRECER Y DESARROLLARSE AL AMPARO DEL SOL AÚN A RIESGO DE QUEMARSE, O CERRARSE A LA LUZ PARA CONSERVARSE AL AMPARO DE UN RECUERDO POR LO VIVIDO Y CONGELAR ASÍ SU DESARROLLO.
ES LA OPCIÓN DIVINA DE ESCOGER LA QUE DEJA ENTREVER LA LIBERTAD ABSOLUTA CON QUE CONTAMOS CADA UNO DE NOSOTROS, FRUTO DEL INMENSO AMOR QUE EL DIOS CREADOR NOS OTORGA A CADA UNO DE NOSOTROS Y QUE PORTAMOS POR SIEMPRE EN NUESTRO SENO.