Se nos desvelan como sensaciones observatorias, en las que sentimos que alguien nos observa, sensaciones en las que percibimos que hay alguien con nosotros en la misma habitación vacía, sensaciones de tacto, una caricia en la mejilla, en el pelo, alguien que nos agarra, sensaciones térmicas, frío, calor extremo, sensaciones de congelación del movimiento, no podemos movernos, hasta algunos pueden ver a formas de distinto tipo, textura y con distinta nitidez que se acercan para comunicarse.
Si te ocurre esto procura serenarte, permanecer tranquila/o, debes entender que eres poseedor de la apertura espiritual que proporciona un don de comunicación y antes de rechazarlo por sensaciones inmovilizantes como el miedo o el rechazo irracional, debes plantearte que pueden querer ellos de ti y que puedes ofrecerles tu a ellos para contribuir a su evolución en la luz y por consiguiente en la tuya propia y por encima de todo, planteate si quieres este don para ti y tomar tu decisión desde tu centro y con toda tu intención, de este modo estarás en posesión de tu apertura o cierre interior, pues solo a quien pertenece un don le corresponde decidir si desea ejercitarlo o no.
Por último os diré que si sois poseedores de un don de comunicación es por un motivo, nada es casual y es por esto que os insisto en que reflexionéis en ello antes de tomar ninguna decisión al azar, ya que la vida os puede premiar con encuentros luminosos que os podrán aportar no solo a quienes poseéis el don sino a quienes os rodean, felicidad, luz y guía en sus vidas pasadas, presentes y venideras y en la tuya propia, engrandeciéndote a través del camino de la entrega hacia los demás.